DISOCIAR.

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Cuenta la leyenda que a Dave Mustaine lo echaron de la formación original de Metallica porque se drogaba como un holandés. No, peor. Probablemente le ponía bencina a los cereales del desayuno. Entonces formó Megadeth, y eventualmente cambió una adicción por otra: abandona las drogas, pero se entrega de lleno al cristianismo.

Hace un tiempo Dave expresó en su Twitter una polémica teoría sobre la masacre de Aurora, la del loquito del cine que mató a unas cuantas personas durante el estreno de Batman (habrá sido cuando vio quién era Gatúbela? Komo saver). Mustaine cree que dicha masacre fue fogoneada por Obama, con la esperanza de que se derogue el derecho constitucional que permite a cada americano poseer un arma. Sí, un copado.

Sin embargo, es innegable que Megadeth (Megadeth, Megadeth, aguante Megadeth!) es una de las bandas más grandes de la historia. Y los argentinos el mejor público, al menos para esta banda. 

Con los artistas que más me gustan me alegro de ser perfectamente capaz de separar lo personal, lo ideológico, del arte que producen. Prince es uno de mis referentes musicales, sin embargo en el 2001 se hizo Testigo de Jehová y desde entonces se opone sistemáticamente al matrimonio entre personas del mismo sexo. Sí, justo él. Recordemos al gran, maravilloso Michael Jackson y su, esteeee, simpatía por los niños. Y Clint Eastwood? Es tan republicano que bien podría haber fundado el Club del Rifle, y tan intolerante hacia los extranjeros que podría ser amigo de Micky Vainilla. Sin embargo: actorazo, directorazo, y de joven estaba para el crimen.

Creo honestamente que pensar de esta manera nos ahorra muchos dolores de cabeza, aunque no es nada fácil. Mientras tanto, he aquí unas fotitos celulareras del  concierto de Megadeth hace unos días. Conseguí un lugar tan increíble, los tuve a todos a menos de 5 metros.