DE LO NUESTRO, LO PEOR.

Siempre defendí a Twitter como un medio donde circula la información, se desarrolla el debate y prolifera el pensamiento. Al menos más que el Facebook, lugar que abandoné hace rato harta de que me taggearan en fotos de bebés, refugio "El Campito" y bombachas de horribles estampados.
Y lo sigo defendiendo. No sé si es que ahora se ha popularizado un poco más, o si yo estoy pasando tanto tiempo adentro que termino dándome cuenta de la real dimensión de lo que pasa por la "cabeza" de mucha gente. Y es que Twitter no deja de reflejar las representaciones del vulgo: no será el medio más popular en Argentina, al menos no todavía, pero es un termómetro bastante fidedigno del imaginario colectivo, desde el más ilustrado al más rudimentario.
"Discriminación" no es una palabra adecuada para describir lo que pasa. La discriminación per se es algo que hacemos todo el tiempo, seleccionamos porque no podemos abarcar TODO con los sentidos. La palabra indicada es ESTIGMATIZACIÓN. Estigmatización de género, de extracción social, de color de piel, de color político.
Yo siempre insisto con la multidimensionalidad de una persona, que con un recorte no se puede saber demasiado de nadie. Pero a veces 140 caracteres, llenos de errores de ortografía, odio y exaltación, nos dan una panorámica bastante certera de a quién estamos leyendo. Un tweet es como "una tarjeta de presentación". Y me viene genial el ejemplo de un primate al cual no pude evitar contestarle hoy:



Resulta que esta tarde se puso primero en los TTs (los temás más comentados) un hashtag nefasto que decía #negracomepolenta. Con una mano en el corazón, alguien sigue pensando hoy que ser chorro, con mal gusto para vestirse, con predilección por el rejetón y la cumbia, con pobre educación sexual, con alta tasa reproductiva...que todo eso es patrimonio de los "negros"? Ahora, este pobre pavote que acabo de escrachar en la foto, con su pobre uso del idioma castellano, se constituye en su superioridad twittera detrás de una pantalla y (des) califica a todo un colectivo en lugar de tratar de entender la complejidad del ser humano.
Automáticamente "el negro" se constituye en peronista y el peronista en kirchnerista, que apoya a este gobierno solamente porque tiene 15 hijos y quiere vivir de los planes. A los ojos de esta gente el "negro peronista" vota a la administración Kirchner porque es asistencialista, y no porque le haya dicho que no al FMI, acercado la Ley de Medios o purgado la Corte Suprema. No es ésta una visión bastante simplista de la cosa?
Ahora, el hashtag decía #negracomepolenta. No "negro": "negra". Jebús, situaciones tan horriblemente domésticas como el affaire Viale-Lousteau hicieron saltar lo peor de la misoginia. En Twitter no se hablaba de otra cosa por esos días, tanto hombres como mujeres (sobre todo mujeres) dándole con un palo a la tal Juana Viale. Su crimen aparentemente fue "deshonrar su rol de madre" teniendo sexo con muchos señores, porque encima parece que estaba embarazada cuando se bajó al ex ministro. Obviamente, del chabón nadie decía nada; o si lo mencionaban, era para calificarlo de "ídolo". Que alguien me avise cuando salgamos del siglo XVII.
El pensamiento político se vuelve igualmente oscuro en la mente de la masa twittera, tanto iletrada como intelectual. Para el gorila, el peronista es un padre adolescente de 8 hijos que vive de la Asignación Universal. Para el militante K (siempre exaltado), el que osa señalar un defecto del gobierno es el adalid de la derecha. Y seguro que votó a Menem.
Mientras tanto tengo gente que se desvive por Tinelli, que sigue mirando a Mirtha Legrand como si no tuviera los discursos más fachos y anacrónicos, que mira a Susana Giménez como si no fuera lo más peligroso de la derecha ignorante. Y comenta todo lo que pasa en estos programas, obsesivamente y en tiempo real.
Twitter puede ser muchas cosas: el lugar donde alguien gasta un tweet para decir "buen día", el sitio para que otros nos informen sobre lo que están comiendo, la red social donde se juntan todos los comentaristas wanna-be de los hechos televisivos "populares" (yo misma hago todas estas cosas de vez en cuando). O también puede ser un espacio donde usemos el cerebro.